she had only one more dance

miércoles, 31 de marzo de 2010

Las escondidas.
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades del hombre. Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la locura, como siempre tan loca, les propuso: 'Vamos a jugar a las escondidas'... La intriga levantó la ceja intrigada y la curiosidad sin poder contenerse preguntó:- ¿Las escondidas?... ¿Y eso como es?. Es el juego- explico la locura- en que yo me tapo los ojos y comienzo a contar de uno hasta un millon mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, al primero de ustedes que encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego. El entusiasmo bailó entusiasmado, secundado por la euforia; la alegria dió tantos saltos que terminó por convencer a la duda e incluso a la apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar. La verdad prefirió no esconderse; ¿para qué? si al final siempre la hallaban. La soberbia opinó que era un juego tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la idea no hubiera sido de ella). La cobardía prefirió no arriesgarse. 1,2,3,... comenzó a contar la locura. La primera en esconderse fue la pereza que como siempre tan peresoza se dejó caer tras la primera piedra del camino. La fe subió al cielo, la envidia se escondió tras la sombra del triunfo, que con su esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto. La generosidad casi no alcanza a esconderse, cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus amigos, que si un lago cristalino (el lago del espejo), ideal para la belleza, que si una rendija hecha en un árbol, perfecto para la timidez, que si el vuelo de una mariposa, lo mejor para la boluptuosidad, que si una ráfaga de viento, magnifico para la libertad. Así terminó por acurrucarse en un rayito de sol. El egoísmo en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, aireado, cómodo, pero sólo para él. La mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris); y la pasión y el deseo, en el centro de los volcanes. El olvido... se me olvidó donde se escondió el olvido... pero no importa. Cuando la locura contaba novecientos noventa y nueve mil novecientos noventa y nueve el amor aún no había encontrado sitio para esconderse pues todo lo encontraba ocupado. Hasta que divisó un rosal. Y, enternecido, decidió esconderse entre sus flores. La primera en aparecer fue la pereza, a solo tres pasos detrás de una piedra. Después se escuchó a la fe discutiendo con Dios pues no todas sus aspiraciones habian sido satisfechas; la pasión y el deseo descubiertas fueron pues salieron despavoridas entre el vibrar de los volcanes. En un descuido encontró a la envidia y, claro, pudo deducir dónde estaba el triunfo. Al egoísmono tuvo ni que buscarlo, él solito salió disparado de su escondite que había resultado ser un nido de avispas De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la belleza. Con la duda fue más fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir aún en que lado esconderse. Así fue encontrando a todos: al talento entre la hierba fresca, a la angustia en una oscura cueva, a la mentira detrás de un arco iris (mentira! si estaba en el fondo del océano)y hasta el olvido... que ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas. Pero sólo el amor no aparecía por ningun lado. La locura buscó en cada árbol, bajó cada arroyuelo del planeta, en la cima de las montañas y, cuando estaba por darse por vencido divisó un rosal y pensó:...'el amor, siempre tancursi, seguro que se escondió entre las rosas'. Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas cuando de repente un doloroso grito se escuchó... Las espinas habían heridoen los ojos al amor. La locura no sabía que hacer para disculparse: imploró, lloró, pidió perdón, y hasta prometió ser su lasarillo... Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra... '¡el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña!'

No hay comentarios:

Publicar un comentario