she had only one more dance

viernes, 23 de diciembre de 2011

Last trip to London (two)

Me desperté, abrí los ojos y miré silenciosamente el techo por unos cuantos minutos que no conté. Estaba paralizada, tanto que me dí cuenta que me había olvidado de respirar. Tomé aire de una vez, y se me cerraron los ojos, necesitaba luchar para mantenerlos abiertos, nono podía volver a dormirme. Cuando pude reaccionar, me senté en la cama, y cuando me toqué el pelo me dí cuenta, estaba transpirada, y el recorrido de las lagrimas secas había quedado marcado en mi rostro. Hace tiempo que no soñaba, y mucho más tiempo que no tenía una pesadilla, pero con los últimos años, era de esperarse tener una pesadilla de ese tipo. 
 
 Fue en Londres, cuando tenía unos cinco años, y faltaban seis días para mi cumpleaños. Mi mamá estaba muy enferma, y lo único que tenía a mi lado era a mi papá. Mi papá nunca se daba por vencido, siempre me decía que tenía que ir, hablar con mi mamá, que ella me quería. Pero desde muy chiquita me dí cuenta que no era así. Igualmente para hacer feliz a mi papá, que era lo mejor que tenía en el mundo, era el regalo de mi dios, fui a hablar con mi mamá, le conté que ese día había sido el cumpleaños de mi señorita del jardín y que una mamá de una compañerita le había hecho una torta que estaba riquísima. Mi mamá me miró, y le dijo a la enfermera, 'sáquenla de aquí, ya'. No necesite que lo hicieran, la miré, con una de esas miradas de despedida, llena de lagrimas, pero no lloré, me tragué esas lágrimas porque no le iba a demostrar su poder sobre mi, y me fui, tranquila, caminando, y observando cada detalle porque sabia que nunca iba a volver a ese oscuro lugar. Esa noche tuve una pesadilla, soñé que tenía una mamá pura, que me llevaba a la plaza, y invitaba a mis amiguitas a la pileta, y de pronto aparecía mi mamá, el fantasma de mi mamá, y comenzaba a gritar 'sáquenla de aquí, sáquenla ya!', comenzó a tirar todos los muebles que estaban a su paso, y cuando me miró, me desperté. Esa noche mi papá fue a mi cuarto, porque había escuchado gritos mientras dormía, y se quedó dormido en el sillón, entonces lo levanté y lo invité a dormir conmigo, y le conté a mi papá, mi dios, mi amigo y mi confidente, todo lo que había pasado ese día. Mi papá me explicó que mi mamá estaba muy enferma y ya no reconocía ni su propio reflejo. Pero aún así seguía enojada. Era mi mamá!  

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