she had only one more dance

lunes, 4 de abril de 2011

'Cuando tenia 7 años le saque dos cachorritos a una perra. Fue una travesura, pero los cachorritos se me cayeron y murieron. Cuando la perra volvió, se desespero buscando a sus cachorritos. Su ladrido era un grito terrible. La travesura dejo de ser divertida, la desesperación de la perra me empezó a angustiar. Nunca me pude sacar ese grito de la cabeza. Soñaba con la perra ladrando y ladrando. Nunca pude olvidarme de esa perra ni de ese ladrido desesperado. Nunca pude sacarme de la cabeza la angustia de no poder reparar lo que hice.
Cuando tenia 7 años le saque dos cachorritos a una perra. Fue una travesura, pero los cachorritos se me cayeron y murieron.
Hice cosas terribles en mi vida, cosas de las que me arrepiento, cosas que nunca termine de reparar, pero el ladrido de esa perra me persigue, me atormenta. Ese ladrido va trabajando de a poco. Al principio apenas te incomoda, es como una piedra en el zapato, pero después no te deja caminar.
La culpa es como un perro que ladra: no muerde, pero esta todo el tiempo presente; es imposible dejar de escucharla.
La culpa te cierra la boca y el corazón. La culpa te enceguece. La culpa te encierra. La culpa te mata en vida.
El arrepentimiento siempre llega tarde, pero nunca es tarde para arreglar eso que hiciste mal.
Reparar no vuelve el tiempo atrás, pero te permite mirar para adelante. Quizás jamas deje de escuchar el ladrido de esa perra, tal vez siempre me atormente, tal vez nunca pueda olvidar a esa perra llorando desolada por sus cachorritos, pero tal vez pueda reparar algo. Tal vez, algún día, pueda escuchar el ladrido de algún perro y ya no sentir culpa por lo que hice'

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