Y hablaba, y hablaba, y hablaba.. y hablaba de él, ni siquiera me preguntó porqué no podía dejar de llorar cuando hacía la escena del casting, por ahí era mejor así, porque yo no estaba con ganas de andar explicando porque ni yo misma entendía. Estar con Damian hablando de cosas que mucho no me interesaban me distraía y me hacía sentir relajada.

La que no podía estar relajada era Virgi. Le explicó a Florinda la situación en la que estabamos, que la única que tenía un trabajo estable era Susi y que ganaba una miseria. Y que ahora con lo de la casa que estaba en venta la cosa se iba a complicar mucho más.

Para Susi llamar a un chamán era como llamar al oráculo, y en el fondo no se estaba equivocando demasiado. Era cierto, a Virgi no le costaba conseguir un trabajo, como no le costaba conseguir hombres, lo que no podía era comprometerse con ninguna de las dos cosas.

Mientras tanto, yo también me proponía algo pero para conseguirlo parecía que tenia que pagar un precio. Damian se había soltado, no le importaba nada hacer el ridículo, y a mi tampoco me hubiera importado ser su expectadora sino fuera por un detalle. Su repertorio era un tanto extenso y Damian parecía inagotable. Al principio yo lo festejaba, como corresponde, pero a medida que pasaban los temas me di cuenta que eso lo alentaba cada vez más. Entonces empecé a ser cautelosa con mis expresiones de entusiasmo. A qué punto tenía que llegar para estar con un hombre? Damian me caía bien, sí, pero valía tanto la pena? Por dios! Que hacía yo ahí?

Para Virgi, mamá todavía estaba presente. Tanto que a pesar de estar muerta era imposible no sentir que la estaba vigilando.

....

Me acordé de Damian que el día anterior me había dicho que para actuar y amar había que atreverse a poner en ridículo. Pero por suerte mamá estaba muerta y no podía enterarse de lo mucho que la queríamos.